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La Organización Meteorológica Mundial ha adoptado medidas para mejorar el entorno de trabajo del Servicio Meteorológico de Haití, como parte de una iniciativa más amplia destinada a reforzar las capacidades de predicción y alerta temprana en ese país del Caribe y aumentar su resiliencia a los ciclones tropicales, crecidas, sequías y demás peligros.
A fin de que el personal pueda trabajar más eficazmente, se han despachado al Servicio Meteorológico e Hidrológico Nacional de Haití otras dos oficinas prefabricadas para reemplazar los contenedores provisionales en deterioro, ahora que se acerca la temporada de huracanes de 2014 en el Atlántico Norte. A más largo plazo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha acordado construir una nueva sede permanente del Servicio en un edificio antisísmico y resistente a huracanes.
Las iniciativas se ponen en marcha bajo los auspicios del Programa de sistemas meteorológicos de Haití – Servicios climáticos para reducir la vulnerabilidad en Haití. Mediante el Programa se busca rehabilitar y modernizar la infraestructura de predicción meteorológica, climática e hidrológica que fue destruida por el terremoto de 2010.
El Programa, dirigido por la OMM, permitirá desarrollar capacidades, en particular la formación profesional de personal científico y técnico así como elaborar un plan de actividades para los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN). El Programa tiene por objeto fortalecer las redes de observación climatológica e hidrológica y ejecutar un sistema integrado de gestión de datos. Asimismo, permitirá desarrollar un sistema de difusión de amplio alcance, a fin de mantener informadas a las instancias decisorias, partes interesadas y el público en general sobre los riesgos relacionados con el clima.
El desarrollo de servicios climáticos en Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, será un caso de prueba importante para el Marco Mundial para los Servicios Climáticos. Se trata de una iniciativa a escala de las Naciones Unidas, encabezada por la OMM, a los fines de prestar servicios climáticos accesibles e informativos, tales como predicciones estacionales y controles de la sequía, que permitan mejorar los resultados sobre todo en el ámbito de la agricultura y la seguridad alimentaria, la gestión de los recursos hídricos, la reducción de riesgos de desastre y las condiciones sanitarias. En unos 70 países del mundo, hay servicios climáticos inadecuados y en algunos no hay servicios.
La infraestructura meteorológica de Haití fue destruida en gran medida por el terremoto de 2010. Durante los últimos cuatro años, una coalición de Miembros de la OMM, entre ellos, Canadá, Cuba, Estados Unidos de América, Francia, el Reino Unido, la República Dominicana y la Organización Meteorológica del Caribe, ha prestado apoyo para rehabilitarla.
Gracias a ese apoyo, actualmente el país cuenta con un sitio web (www.meteo-haiti.gouv.ht), que se actualiza periódicamente, en el que se proporciona y difunde información y predicciones meteorológicas a la comunidad local e internacional. Se ha formado a nuevos predictores y se está realizando un esfuerzo coordinado para ampliar el plazo de previsión y mejorar la fiabilidad de predicciones y avisos meteorológicos.
En el contexto del Marco Mundial para los Servicios Climáticos, el nuevo proyecto permitirá consolidar los progresos realizados y prestar especial atención a la sostenibilidad a largo plazo.
Haití está particularmente expuesto a los peligros naturales. Todos los años hay dos estaciones de lluvias, de abril a junio y de octubre a noviembre, y una estación de huracanes, de principios de junio hasta fines de noviembre.
El huracán Sandy destruyó tierras de cultivo y causó enormes pérdidas agrícolas en 2012, lo que causó menoscabo a los esfuerzos que se estaban llevando a cabo para recuperarse del terremoto y del huracán Tomas que habían afectado al país en 2010. Haití se vio gravemente afectado en 2008 por cuatro huracanes de gran intensidad, Fay, Gustav, Hanna e Ike, que provocaron 800 víctimas mortales. En 2004, las intensas lluvias provocadas por el huracán Jeanne causaron inundaciones y deslizamientos de tierra masivos, cobrándose más de 3 000 víctimas mortales y afectando a unas 300 000 personas.
Al igual que otros países del Caribe, Haití es particularmente vulnerable al cambio climático, con una distribución extrema de previsión de la precipitación. Se prevé que con la elevación del nivel del mar, asociada al calentamiento de la Tierra, aumenten los riesgos de crecidas, mareas de tempestad, erosión y peligros costeros, lo que agravará los desafíos que plantean el crecimiento demográfico y la degradación del medio ambiente.

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